viernes, 30 de noviembre de 2012

BE YOURSELF

Te da miedo despegar por miedo a caerte. Te da miedo respirar demasiado fuerte, inhalar y luego soltar todo de golpe por miedo a ser escuchado. La invisibilidad es algo que siempre se te dio bien, esconderte de los demás, intentar no molestar, ocultar tu verdad. Piensas que no vales nada, que jamás nadie te querrá, que por mucho que te esfuerces, nunca podrás salir de esa oscuridad que no te permite ver la luz que el mundo emite a tu alrededor. Solo quieres ser diferente, especial. Y crees que lográndolo en tu mente será realidad. Hazme caso, puedes estar mucho tiempo sañondo con una vida que no aparecerá sino te esfuerzas por recrearla. Tienes que luchar por todo lo que quieres lograr, por aquellas cosas que te dan la vida, que con solo hacer te quitan el aliento. Haz todo lo que te gusta, todo lo que sabes que si algún día desapareciera, no te haría feliz, no daría sentido a tu vida. ¿No te das cuenta de que mientras estás aquí parada, pensando en todo lo que te gustaría ser, formando esa personalidad que tanto ansías mostrar, se te acaba el tiempo para empezar?
No dejes que nadie te hunda, que te digan que no tienes valor, o que no lo conseguirás. Sé tú el que pone los límites a tu vida y no los demás los que te aten con cadenas. Habrá gente que te quiera de verdad y solo desee ayudar, pero también habrá falsas caras con falsas sonrisas que sol ote querrán ver tropezar y caer una vez.
Olvida que hay alguien que te puede parar en esta vida. Sí, en un momento lo habrá, pero mientras no dejes que alguien te pare.
Debes estar siempre hambrienta por lograr todo lo que no dejas de soñar.
Sé que es dificil de explicar, incluso de entender. Pero tampoco pido que nadie me entienda. Pensé en empezar un nuevo blog, por razones que por mucho que explique nadie que no esté en mi interior, nadie que no sea yo, logrará entender. Así que prefiero no explicar para no liar. El caso es que no he abandonado este blog, pero quiero cambiar. Quiero cambiarlo a la hora de las cosas que voy a escribir. A parir de ahora no será solo una especie de diario, subiré fotos que me lleguen al corazón, que  me hagan reir o me hagan llorar con solo mirar. Subiré poemas y poesías con las que te puedas identificar, o al menos con las que yo lo pueda hacer. O trozos de canciones que te hablen con solo escuchar. Hablaré de algo más que de yo misma.
Y es que hay algo que ha cambiado. No sé que será, ni siquiera sé si soy yo la que ha cambiado, si ha sido mi alrededor,o sencillamente que todos lo hemos hecho. Pero desde hace un tiempo a veces me resulta una especie de obligación escribir en este blog. Y por eso, empiezo de nuevo.
Este blog se creó para hacerme feliz. Para que te pudieras identificar con todo lo que a mi me ocurría o pensaba. Para que si algún día te sentías sol@ o incomprendid@ tuvieras tu pequeño refugio en la mente de otra persona.
Bienvenido a mi mundo.

sábado, 10 de noviembre de 2012

para ti, por siempre

Sinceramente lo había imaginado distinto. Lo había imaginado como dicen en las películas. Perfecto, magnífico. Yo parecía una niña pequeña mordiéndose el labio inferior sin saber que decir. Y tu me mirabas timidamente, esperando mi respuesta en silencio con los brazos caidos, rendido. Estabas tan absorto mirándome y yo mirándote a ti que tardaste en enteder que te había dicho que si. Me sonreiste de la misma manera que lo hiciste aquella tarde cuando me propusiste salir. y no sé por qué pero sé que esa sonrisa solo me la has dedicado a mi. Es una sonrisa traviesa, nerviosa e impaciente a la vez. Una sonrisa que desapareció cuando cerré los ojos, y noté tus brazos sobre mis hombros y tu mano en mi cuello.
Me habían dicho de todo. Me habían dicho mil cosas que se podían llegar a sentir en tu primer beso.
No sé definirlo. Simplemente tartamudeé al separarme y me fui corriendo. Lo que tu no sabes es que por el camino, iba riendo. mis ojos brillaban y llevaba los labios presionados para guardarme tu primer beso, y mi primer beso. No ha sido el mejor de la historia, ni fue largo ni corto. Ni siquiera sé donde estaban mis brazos cuando te besé. ¿Acaso importa? No sé si estaban al rededor de tu cuello o sobre tu cintura. Pero si me hubieran dicho que en aquel momento no estaba tocando el suelo, que no tenía cuerpo físico, lo habría creido. Porque en ese momento solo estaba allí, contigo.
Y sigo preguntándome lo mismo que ayer. Si de verdad te quiero o no. Pero si me hiciste sentir así, yo creo que la respuesta es la misma que ayer.
Sí.